JAQUE MATE AL MAGNATE: Sheinbaum y los empresarios revelan por qué Trump no puede romper el T-MEC
Donald Trump ha cometido el error más básico de un negociador: creerse su propia propaganda. Mientras el republicano amenaza con dinamitar el T-MEC y usar los aranceles como un garrote político contra México, ha ocurrido algo que no estaba en su guion de campaña. El verdadero poder ha hablado. Y para sorpresa de los populistas de Washington, los dueños del capital no están con Trump; están con la lógica, están con el comercio y, en este round, están alineados con México.
Claudia Sheinbaum se ha posicionado como una líder firme en defensa de la soberanía de México, destacando los logros económicos del país bajo su administración, como la inversión extranjera récord y el aumento del salario mínimo. Frente a las amenazas de Trump, Sheinbaum subraya que México no es colonia de nadie y que el T-MEC no es un favor a México, sino una necesidad compartida entre las tres naciones. La presidenta de México reafirma su postura de colaboración sin subordinación y lanza un mensaje claro: la estabilidad y el progreso económico de la región dependen del respeto mutuo y de acuerdos sólidos.
Las cúpulas empresariales de Estados Unidos, México y Canadá han dado un golpe en la mesa. No estamos hablando de burócratas ni de políticos en campaña; hablamos de las mayores fortunas del continente, los que mueven los hilos reales de la economía.
Al unirse para blindar el T-MEC, estos titanes del dinero han enviado un mensaje devastador a la Casa Blanca: "No te metas con el negocio".
La narrativa de Trump de que "México se aprovecha de EE. UU." se ha estrellado contra la realidad de los datos. Los empresarios estadounidenses saben que romper con México no es un acto de patriotismo, es un suicidio económico. Sin las cadenas de suministro mexicanas, la industria automotriz, tecnológica y agrícola de EE. UU. colapsaría en semanas.
Aquí es donde la estrategia de Claudia Sheinbaum brilla por su frialdad y precisión. Mientras Trump grita y amenaza en redes sociales, México ha tejido alianzas con quien realmente importa: los empleadores de los votantes de Trump.
Sheinbaum no ha caído en la trampa de la pelea verbal. En su lugar, ha dejado que sean los propios empresarios estadounidenses (la U.S. Chamber of Commerce y sus pares) quienes le expliquen a Trump que sus amenazas son inviables. Es una jugada de judo político: usar la fuerza del oponente (el capitalismo americano) para proteger los intereses de México.
Lo que estamos viendo es histórico. Es la admisión de que la integración de América del Norte ya no es una opción política, es una necesidad de supervivencia frente a China. Trump puede querer cerrar la frontera, pero el dinero, las fábricas y la competitividad exigen que siga abierta.
El "América First" se ha topado con el "North America United". Y en esta batalla entre la retórica incendiaria de Trump y los billones de dólares que dependen del T-MEC, la billetera siempre gana. Trump ha sido acorralado por su propia gente. México respira, los empresarios facturan y el T-MEC demuestra ser más fuerte que cualquier capricho presidencial.
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Al unirse para blindar el T-MEC, estos titanes del dinero han enviado un mensaje devastador a la Casa Blanca: "No te metas con el negocio".
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π²π½π€πΊπΈ Lo que estamos viendo es histórico. Es la admisión de que la integración de América del Norte ya no es una opción política, es una necesidad de supervivencia frente a China. Trump puede querer cerrar la frontera, pero el dinero, las fábricas y la competitividad exigen que siga abierta.
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