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Mi jefa: por qué tardará tanto este pndjo, si solo fue por la cartilla militar.
Yo en Afganistán...Mi jefa: por qué tardará tanto este pndjo, si solo fue por la cartilla militar. Yo en Afganistán...0 Σχόλια 0 Μοιράστηκε 89 Views 0 Προεπισκόπηση -
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El Ojo de Horus: ¿Talismán Sagrado o Enigma Cósmico?
El sol emergía como una flama viva sobre las dunas del Alto Egipto, pintando de oro las riberas del Nilo y las sombras de los obeliscos que se alzaban como centinelas. Era el 2500 a.C., en el auge del Reino Medio, y el viento susurraba entre las cañas, trayendo el aroma del pan recién horneado y el humo de las ofrendas. El crujir de las losas al asentarse resonaba en los patios de Karnak, mientras el eco de los tambores elevaba un símbolo hacia lo divino: el Ojo de Horus, el Wedjat, un signo que adornaba desde amuletos humildes hasta las coronas de los faraones. ¿Era un talismán para conjurar el peligro o un enigma que escondía los misterios del universo? Este relato te llevará al núcleo de este ícono eterno, un viaje donde mito, fe y especulación se cruzan en las arenas del pasado.
La Forja en el Caos Divino
La oscuridad cubría las tierras primordiales, y las sombras de los buitres giraban en el cielo cuando Horus, el halcón celestial, se alzó contra Set, dios de la tormenta y el desorden. El aroma de la arena caliente y el incienso llenaba el aire mientras su combate sacudía los cielos, el estruendo de sus alas resonando como un huracán. El silbido de un zarpazo marcó la tragedia: Set desgarró el ojo izquierdo de Horus, esparciendo sus fragmentos como estrellas caídas. El tintineo de esos pedazos al tocar la tierra resonó en el mito, pero Thot, con su pluma y su magia, los reunió, el crujir de su obra devolviendo la luz al Wedjat.
Esta lucha no quedó en el olvido; se convirtió en un pilar sagrado. El eco de su relato resonó en los muros de Dendera, donde los sacerdotes lo cantaron como un triunfo del orden sobre el caos. En 2025, un colgante hallado en Abydos, con un ojo tallado en obsidiana, reflejó esta narrativa, un susurro de la herida que dio nacimiento a un símbolo de poder.
El Talismán que Resguardaba
El sol quemaba las llanuras, y las caravanas avanzaban bajo su peso mientras el Ojo de Horus brillaba como un faro protector. El aroma del ungüento y las flores secas impregnaba las casas, donde el crujir de los buriles al grabar resonaba en talleres de artesanos. Forjado en oro, turquesa o cristal, el Wedjat colgaba de los cuellos de los campesinos y se pintaba en las puertas de los palacios, el silbido de las bendiciones invocándolo contra las fuerzas oscuras. El tintineo de las campanas al sonar en los rituales marcaba su presencia, un eco de su fuerza para repeler maldiciones y plagas.
En las tumbas, su poder era aún mayor. El crujir de las antorchas al iluminar las cámaras resonaba mientras los embalsamadores lo dibujaban en vendas, asegurando que el alma cruzara el inframundo intacta. En la tumba de Ramsés VI, su ojo grabado en la entrada vigilaba el descanso eterno, un susurro de su rol como escudo más allá de la muerte. En 2024, un amuleto encontrado en el Delta mostró rastros de pintura roja, un eco de su vitalidad protectora.
El Enigma de los Cielos
La noche envolvía el Nilo en un manto estrellado, y el aroma del papiro quemado llenaba los santuarios mientras los astrónomos alzaban la vista. El crujir de las varas al medir sombras revelaba un secreto: el Ojo de Horus se descomponía en fracciones —1/2, 1/4, 1/8, hasta 1/64—, un código que los egipcios usaban para pesar granos y calcular distancias. El silbido de las hipótesis resonaba entre los modernos: ¿era un reflejo de los ciclos lunares, un mapa de las estrellas, o una puerta a un saber perdido? El tintineo de los instrumentos al alinear templos con el sol sugería una conexión cósmica, un eco de su profundidad más allá de lo terrenal.
Algunos dicen que el Wedjat era un ojo que veía el universo, sus partes simbolizando los sentidos humanos unidos al infinito. El eco de esta idea resuena en los mitos que lo vinculan a la luna, dañada y restaurada como el ojo de Horus. Otros lo imaginan como un legado secreto, un susurro que pasó a los griegos y más tarde a los alquimistas, el crujir de su influencia tejiendo un hilo invisible a través de los siglos.
La Mirada que Sobrevive
Las eras trajeron el estruendo de los imperios caídos, y el aroma del desierto llenó los templos derrumbados mientras el Ojo de Horus se hundía bajo las arenas. El crujir de las excavaciones lo despertó: en joyas de Tanis, en frescos de Tebas, en barcos que lo llevaron al Egeo. El silbido de las historias lo trajo al presente, el tintineo de los dedos al rozarlo en exhibiciones resonando como un latido. A 7 de abril de 2025, su legado sigue siendo un torbellino de fe y misterio: en las piedras que lo portan, en los cuentos que lo alaban, y en los ojos que lo buscan como talismán o clave.
No es solo un emblema; es un rugido de vida y enigma, un eco que invita a mirar más allá de las dunas, al alma de un símbolo que resguarda y desvela.El Ojo de Horus: ¿Talismán Sagrado o Enigma Cósmico? El sol emergía como una flama viva sobre las dunas del Alto Egipto, pintando de oro las riberas del Nilo y las sombras de los obeliscos que se alzaban como centinelas. Era el 2500 a.C., en el auge del Reino Medio, y el viento susurraba entre las cañas, trayendo el aroma del pan recién horneado y el humo de las ofrendas. El crujir de las losas al asentarse resonaba en los patios de Karnak, mientras el eco de los tambores elevaba un símbolo hacia lo divino: el Ojo de Horus, el Wedjat, un signo que adornaba desde amuletos humildes hasta las coronas de los faraones. ¿Era un talismán para conjurar el peligro o un enigma que escondía los misterios del universo? Este relato te llevará al núcleo de este ícono eterno, un viaje donde mito, fe y especulación se cruzan en las arenas del pasado. La Forja en el Caos Divino La oscuridad cubría las tierras primordiales, y las sombras de los buitres giraban en el cielo cuando Horus, el halcón celestial, se alzó contra Set, dios de la tormenta y el desorden. El aroma de la arena caliente y el incienso llenaba el aire mientras su combate sacudía los cielos, el estruendo de sus alas resonando como un huracán. El silbido de un zarpazo marcó la tragedia: Set desgarró el ojo izquierdo de Horus, esparciendo sus fragmentos como estrellas caídas. El tintineo de esos pedazos al tocar la tierra resonó en el mito, pero Thot, con su pluma y su magia, los reunió, el crujir de su obra devolviendo la luz al Wedjat. Esta lucha no quedó en el olvido; se convirtió en un pilar sagrado. El eco de su relato resonó en los muros de Dendera, donde los sacerdotes lo cantaron como un triunfo del orden sobre el caos. En 2025, un colgante hallado en Abydos, con un ojo tallado en obsidiana, reflejó esta narrativa, un susurro de la herida que dio nacimiento a un símbolo de poder. El Talismán que Resguardaba El sol quemaba las llanuras, y las caravanas avanzaban bajo su peso mientras el Ojo de Horus brillaba como un faro protector. El aroma del ungüento y las flores secas impregnaba las casas, donde el crujir de los buriles al grabar resonaba en talleres de artesanos. Forjado en oro, turquesa o cristal, el Wedjat colgaba de los cuellos de los campesinos y se pintaba en las puertas de los palacios, el silbido de las bendiciones invocándolo contra las fuerzas oscuras. El tintineo de las campanas al sonar en los rituales marcaba su presencia, un eco de su fuerza para repeler maldiciones y plagas. En las tumbas, su poder era aún mayor. El crujir de las antorchas al iluminar las cámaras resonaba mientras los embalsamadores lo dibujaban en vendas, asegurando que el alma cruzara el inframundo intacta. En la tumba de Ramsés VI, su ojo grabado en la entrada vigilaba el descanso eterno, un susurro de su rol como escudo más allá de la muerte. En 2024, un amuleto encontrado en el Delta mostró rastros de pintura roja, un eco de su vitalidad protectora. El Enigma de los Cielos La noche envolvía el Nilo en un manto estrellado, y el aroma del papiro quemado llenaba los santuarios mientras los astrónomos alzaban la vista. El crujir de las varas al medir sombras revelaba un secreto: el Ojo de Horus se descomponía en fracciones —1/2, 1/4, 1/8, hasta 1/64—, un código que los egipcios usaban para pesar granos y calcular distancias. El silbido de las hipótesis resonaba entre los modernos: ¿era un reflejo de los ciclos lunares, un mapa de las estrellas, o una puerta a un saber perdido? El tintineo de los instrumentos al alinear templos con el sol sugería una conexión cósmica, un eco de su profundidad más allá de lo terrenal. Algunos dicen que el Wedjat era un ojo que veía el universo, sus partes simbolizando los sentidos humanos unidos al infinito. El eco de esta idea resuena en los mitos que lo vinculan a la luna, dañada y restaurada como el ojo de Horus. Otros lo imaginan como un legado secreto, un susurro que pasó a los griegos y más tarde a los alquimistas, el crujir de su influencia tejiendo un hilo invisible a través de los siglos. La Mirada que Sobrevive Las eras trajeron el estruendo de los imperios caídos, y el aroma del desierto llenó los templos derrumbados mientras el Ojo de Horus se hundía bajo las arenas. El crujir de las excavaciones lo despertó: en joyas de Tanis, en frescos de Tebas, en barcos que lo llevaron al Egeo. El silbido de las historias lo trajo al presente, el tintineo de los dedos al rozarlo en exhibiciones resonando como un latido. A 7 de abril de 2025, su legado sigue siendo un torbellino de fe y misterio: en las piedras que lo portan, en los cuentos que lo alaban, y en los ojos que lo buscan como talismán o clave. No es solo un emblema; es un rugido de vida y enigma, un eco que invita a mirar más allá de las dunas, al alma de un símbolo que resguarda y desvela. -
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Este niño que ves aquí sería sin duda un prodigio y un hombre sumamente admirado y respetado por todo México y parte del extranjero. Estudió en el ‘Colegio Alemán Alexander von Humboldt’ de la Ciudad de México, donde aprendió alemán, inglés, francés, italiano, sueco y los principios básicos del náhuatl, pues Alberto Moreno, su nombre real, siempre se sintió orgulloso de ser mexicano.
Al concluir sus estudios, Alberto ingresó al Heroico Colegio Militar graduándose como Teniente de Caballería y Administración del ejército mexicano, egresando con altas calificaciones.
No obstante, siendo un joven sumamente culto y con el camino libre para hacer una carrera exitosa como militar, su pasión era en realidad la música y la ópera. Realizó algunos estudios militares adicionales en París y Roma, pero en Europa, donde la música clásica era sumamente popular, le hacían aferrarse a su sueño de algún día, convertirse en un gran cantante de ópera con fama internacional, y que su nombre, Alberto Moreno, fuera reconocido por su voz, pero el destino le negaría este sueño.
Tomaba clases de canto con el famosísimo Maestro José Pierson quien le ayudaría a entrar a la radio debido a su gran talento. Para los 20 años de edad, y ya con una voz educada, canta por primera vez en la XETR interpretando varias arias de ópera, pero en México no le daban el reconocimiento que se merecía.
Se fue a probar suerte al extranjero donde comenzó a generar cierto reconocimiento pero aún así, no despegaba. Seguramente habría recordado que otra opción para él era tomar en serio la posibilidad de aspirar a una carrera en medicina. Como última esperanza, hizo audiciones para el Metropolitan Opera House en EE.UU. luciendo su poderosa voz de tenor, pero al final no sería aceptado, ofreciéndole sólo un lugar como suplente, lo cual él por orgullo rechazó.
Ya sin dinero, tuvo qué trabajar en oficios de toda índole hasta que un día, el productor de cine Gonzalo Varela lo conoció cantando y le invitó a participar en una cinta llamada “La madrina del diablo” y debido a la urgencia economía de Alberto, aceptó interpretando un papel que no era el género que a él le gustaba.
“Yo soy un cantante de ópera y así seguiré”.
Al concluir la cinta, y con algo de dinero, Alberto Moreno regresó a EE.UU. insistiendo en convertirse en cantante de ópera, hasta que un día, alguien le sugirió que mejor dedicara su voz a otro género, pues a Alberto le molestaba que cuando interpretaba boleros, el público enloquecía con él, lo cual no lograba con la ópera.
Alberto vuelve a aceptar otro papel en el cine mexicano y aunque era un mexicano orgulloso de su patria, como músico culto le molestó al principio ponerse el traje de charro y cantar música ranchera, pero ¡vaya sorpresa! Resulta que la música mexicana sonaba muy distinta y superior con él debido a su técnica única, pues debido a que la ópera le había dado una sólida preparación vocal, su voz poderosa y educada sonaba majestuosamente bien interpretando cualquier canción ranchera, llevando dichas grabaciones a límites que ningún otro cantante popular lograba ni de lejos.
Alberto Moreno cambió su nombre artístico, pues Alberto era el cantante de ópera, y ya que su nombre completo era Jorge Alberto Negrete Moreno, esta vez eligió su otro nombre y su otro apellido en su faceta como charro cantor, Jorge Negrete, y el resto fue historia.
Como dato curioso, Ismael Rodríguez quien fue el único que logró dirigir a Negrete con Pedro Infante, comentaba que mientras Pedro Infante tenía una media voz que solo le permitía cantar al oído a la mujer, lo cual a Pedro le molestaba por tener en su opinión un “méndigo chisguetito de voz”, Jorge Negrete era lo contrario, pues con su poderosa voz podía sin problema cantar sin micrófono con toda una orquesta y que su voz llegara a escucharse claramente hasta el último piso del edificio más alto.
Autor: Capitán CruzEste niño que ves aquí sería sin duda un prodigio y un hombre sumamente admirado y respetado por todo México y parte del extranjero. Estudió en el ‘Colegio Alemán Alexander von Humboldt’ de la Ciudad de México, donde aprendió alemán, inglés, francés, italiano, sueco y los principios básicos del náhuatl, pues Alberto Moreno, su nombre real, siempre se sintió orgulloso de ser mexicano. Al concluir sus estudios, Alberto ingresó al Heroico Colegio Militar graduándose como Teniente de Caballería y Administración del ejército mexicano, egresando con altas calificaciones. No obstante, siendo un joven sumamente culto y con el camino libre para hacer una carrera exitosa como militar, su pasión era en realidad la música y la ópera. Realizó algunos estudios militares adicionales en París y Roma, pero en Europa, donde la música clásica era sumamente popular, le hacían aferrarse a su sueño de algún día, convertirse en un gran cantante de ópera con fama internacional, y que su nombre, Alberto Moreno, fuera reconocido por su voz, pero el destino le negaría este sueño. Tomaba clases de canto con el famosísimo Maestro José Pierson quien le ayudaría a entrar a la radio debido a su gran talento. Para los 20 años de edad, y ya con una voz educada, canta por primera vez en la XETR interpretando varias arias de ópera, pero en México no le daban el reconocimiento que se merecía. Se fue a probar suerte al extranjero donde comenzó a generar cierto reconocimiento pero aún así, no despegaba. Seguramente habría recordado que otra opción para él era tomar en serio la posibilidad de aspirar a una carrera en medicina. Como última esperanza, hizo audiciones para el Metropolitan Opera House en EE.UU. luciendo su poderosa voz de tenor, pero al final no sería aceptado, ofreciéndole sólo un lugar como suplente, lo cual él por orgullo rechazó. Ya sin dinero, tuvo qué trabajar en oficios de toda índole hasta que un día, el productor de cine Gonzalo Varela lo conoció cantando y le invitó a participar en una cinta llamada “La madrina del diablo” y debido a la urgencia economía de Alberto, aceptó interpretando un papel que no era el género que a él le gustaba. “Yo soy un cantante de ópera y así seguiré”. Al concluir la cinta, y con algo de dinero, Alberto Moreno regresó a EE.UU. insistiendo en convertirse en cantante de ópera, hasta que un día, alguien le sugirió que mejor dedicara su voz a otro género, pues a Alberto le molestaba que cuando interpretaba boleros, el público enloquecía con él, lo cual no lograba con la ópera. Alberto vuelve a aceptar otro papel en el cine mexicano y aunque era un mexicano orgulloso de su patria, como músico culto le molestó al principio ponerse el traje de charro y cantar música ranchera, pero ¡vaya sorpresa! Resulta que la música mexicana sonaba muy distinta y superior con él debido a su técnica única, pues debido a que la ópera le había dado una sólida preparación vocal, su voz poderosa y educada sonaba majestuosamente bien interpretando cualquier canción ranchera, llevando dichas grabaciones a límites que ningún otro cantante popular lograba ni de lejos. Alberto Moreno cambió su nombre artístico, pues Alberto era el cantante de ópera, y ya que su nombre completo era Jorge Alberto Negrete Moreno, esta vez eligió su otro nombre y su otro apellido en su faceta como charro cantor, Jorge Negrete, y el resto fue historia. Como dato curioso, Ismael Rodríguez quien fue el único que logró dirigir a Negrete con Pedro Infante, comentaba que mientras Pedro Infante tenía una media voz que solo le permitía cantar al oído a la mujer, lo cual a Pedro le molestaba por tener en su opinión un “méndigo chisguetito de voz”, Jorge Negrete era lo contrario, pues con su poderosa voz podía sin problema cantar sin micrófono con toda una orquesta y que su voz llegara a escucharse claramente hasta el último piso del edificio más alto. Autor: Capitán Cruz -
#ULTIMAHORA
FUERTE MENSAJE DE CHINA A ESTADOS UNIDOS
El Ministro de Asuntos Exteriores respondió lo siguiente:
"Permítanme reiterar que la intimidación NO nos asusta, el acoso NO funciona con nosotros, la presión o las amenazas no son las formas de trabajar con China. Si EU tiene otra agenda en mente y si quiere una guerra arancelaria o cualquier otro tipo de guerra, estamos listos para LUCHAR HASTA EL FINAL"...#ULTIMAHORA 🚨 FUERTE MENSAJE DE CHINA A ESTADOS UNIDOS El Ministro de Asuntos Exteriores respondió lo siguiente: "Permítanme reiterar que la intimidación NO nos asusta, el acoso NO funciona con nosotros, la presión o las amenazas no son las formas de trabajar con China. Si EU tiene otra agenda en mente y si quiere una guerra arancelaria o cualquier otro tipo de guerra, estamos listos para LUCHAR HASTA EL FINAL"... -
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El presidente #DonaldTrump impondrá el miércoles un asombroso 104% en gravámenes a todas las importaciones chinas, según anunció este martes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Esto se suma a los aranceles sobre productos chinos que ya estaban vigentes antes del segundo mandato de Trump.
Sigue leyendo esta noticia: https://cnn.it/4cljusyEl presidente #DonaldTrump impondrá el miércoles un asombroso 104% en gravámenes a todas las importaciones chinas, según anunció este martes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. Esto se suma a los aranceles sobre productos chinos que ya estaban vigentes antes del segundo mandato de Trump. Sigue leyendo esta noticia: https://cnn.it/4cljusy
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