• Teotihuacán: La Ciudad Donde los Hombres se Convirtieron en Dioses

    Teotihuacán, cuyo nombre fue dado por los mexicas y significa "el lugar donde los dioses fueron creados", sigue siendo uno de los mayores enigmas de Mesoamérica. A pesar de que ya estaba abandonada cuando los mexicas la redescubrieron, su grandeza les inspiró profundo respeto. Pero ¿quiénes fueron los verdaderos constructores de esta majestuosa ciudad?

    Fundada alrededor del siglo II a.C., Teotihuacán creció hasta convertirse en una de las ciudades más grandes del mundo antiguo, con más de 100,000 habitantes en su apogeo. A lo largo de su famosa Calzada de los Muertos, se erigen las imponentes Pirámides del Sol y de la Luna, alineadas con precisión astronómica, lo que revela un conocimiento celeste altamente avanzado.

    La ciudad era un centro político, económico y religioso. El comercio de obsidiana, cerámica y plumas de quetzal la conectaba con otras regiones de Mesoamérica, mientras que los complejos rituales en sus templos mantenían un equilibrio entre el mundo humano y lo divino. Aunque su escritura aún no ha sido totalmente descifrada, los murales y restos arquitectónicos hablan de una sociedad organizada, jerárquica y profundamente espiritual.

    Lo más misterioso es su colapso repentino hacia el siglo VII. Teorías hablan de rebeliones internas, desastres naturales o invasiones, pero no existe una respuesta definitiva. Aun así, Teotihuacán permanece como testimonio de una civilización que alcanzó alturas monumentales, y cuya sombra sigue proyectándose en la identidad cultural de México.

    #aztecas #Apaches #mitologiagriega #mitosyleyendas #history
    Teotihuacán: La Ciudad Donde los Hombres se Convirtieron en Dioses Teotihuacán, cuyo nombre fue dado por los mexicas y significa "el lugar donde los dioses fueron creados", sigue siendo uno de los mayores enigmas de Mesoamérica. A pesar de que ya estaba abandonada cuando los mexicas la redescubrieron, su grandeza les inspiró profundo respeto. Pero ¿quiénes fueron los verdaderos constructores de esta majestuosa ciudad? Fundada alrededor del siglo II a.C., Teotihuacán creció hasta convertirse en una de las ciudades más grandes del mundo antiguo, con más de 100,000 habitantes en su apogeo. A lo largo de su famosa Calzada de los Muertos, se erigen las imponentes Pirámides del Sol y de la Luna, alineadas con precisión astronómica, lo que revela un conocimiento celeste altamente avanzado. La ciudad era un centro político, económico y religioso. El comercio de obsidiana, cerámica y plumas de quetzal la conectaba con otras regiones de Mesoamérica, mientras que los complejos rituales en sus templos mantenían un equilibrio entre el mundo humano y lo divino. Aunque su escritura aún no ha sido totalmente descifrada, los murales y restos arquitectónicos hablan de una sociedad organizada, jerárquica y profundamente espiritual. Lo más misterioso es su colapso repentino hacia el siglo VII. Teorías hablan de rebeliones internas, desastres naturales o invasiones, pero no existe una respuesta definitiva. Aun así, Teotihuacán permanece como testimonio de una civilización que alcanzó alturas monumentales, y cuya sombra sigue proyectándose en la identidad cultural de México. #aztecas #Apaches #mitologiagriega #mitosyleyendas #history
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  • Los Mexicas: El Gran Imperio del Valle de México

    El sol se alzaba como un disco de oro sobre el Valle de México, bañando de luz las aguas del lago Texcoco y las chinampas que flotaban como retazos de tierra viva. Era el siglo XIV, y el viento silbaba entre los juncos, trayendo el aroma del copal y el murmullo de una ciudad en ascenso. El crujir de las sandalias resonaba en las calzadas de Tenochtitlán, mientras el eco de los tambores retumbaba desde el Templo Mayor, anunciando el poder de los mexicas. Este pueblo, conocido también como aztecas, transformó un pantano en el corazón de un imperio que dominó Mesoamérica, un torbellino de guerra, fe y genio que dejó su huella en la historia. Este relato te llevará al alma de los mexicas, un viaje donde su grandeza se alzó desde las raíces de un mito hasta las cenizas de la conquista.

    El Nacimiento de un Destino
    La niebla envolvía el lago al amanecer, y las sombras de las garzas planeaban sobre las aguas cuando los mexicas, guiados por Huitzilopochtli, llegaron al Valle en 1325. El aroma del lodo y las plumas húmedas impregnaba el aire mientras este pueblo chichimeca, tras salir de Aztlán, encontró su signo profetizado: un águila devorando una serpiente sobre un nopal. El crujir de las ramas al construir sus primeros altares marcaba el inicio de Tenochtitlán, una ciudad sobre pilotes en un islote pantanoso. El tintineo de las herramientas al cavar canales resonaba como un desafío a la naturaleza, un eco de su voluntad de forjar un hogar.

    Bajo Acamapichtli, su primer tlatoani, los mexicas pasaron de ser un pueblo errante a vasallos de Azcapotzalco. El silbido de las promesas de poder resonó en 1428, cuando Itzcoatl, con la Triple Alianza —Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan—, aplastó a los tepanecas. El crujir de las llamas al consumir la ciudad enemiga marcó el nacimiento del imperio, un susurro de su ascenso que pronto resonaría desde el Golfo hasta el Pacífico.

    El Imperio de Sangre y Gloria
    El sol ardía en lo alto del siglo XV, y las tierras temblaban con el rugido de las conquistas mexicas. El aroma del sudor y la pólvora aún estaba lejos, pero el crujir de las macanas al chocar resonaba en campañas contra los tlaxcaltecas, zapotecas y mixtecos. El silbido de las flechas cortaba el aire en las xochiyaoyotl, guerras floridas para capturar prisioneros, mientras el tintineo de los escudos al apilarse marcaba su dominio. Bajo Moctezuma Ilhuicamina y Ahuizotl, el imperio creció hasta abarcar 200,000 kilómetros cuadrados, el eco de sus tributos —plumas, jade, cacao— resonando en los mercados de Tlatelolco.

    Tenochtitlán, con sus 200,000 habitantes, era una maravilla: canales navegables, calzadas y el Templo Mayor, donde el crujir de los cuchillos de obsidiana abría pechos para Huitzilopochtli. El silbido de los sacerdotes al entonar himnos aseguraba el amanecer, un susurro de una fe que unía guerra y cosmos. En 2025, excavaciones bajo la Ciudad de México revelaron un tzompantli con miles de cráneos, un eco de su devoción sangrienta.

    La Vida en el Corazón del Imperio
    El crepúsculo teñía el lago de rojo, y el aroma del maíz y las flores llenaba las plazas mientras los mexicas prosperaban. El crujir de las chinampas al cosecharse resonaba en su agricultura flotante, un genio que alimentaba a miles. El silbido de las flautas en las fiestas del calendario tonalámatl —18 meses de 20 días— marcaba su vida, y el tintineo de las plumas al coserse en trajes de guerreros águila y jaguar resonaba como un símbolo de honor. Escuelas como la calmecac y la telpochcalli forjaban a nobles y plebeyos, el eco de sus lecciones resonando en un pueblo jerárquico pero unido.

    El comercio florecía en Tlatelolco, el crujir de las barcas al descargar cacao y turquesa llenando el aire. El silbido de los poetas, como Nezahualcóyotl de Texcoco, cantaba a la fugacidad de la vida, un susurro de una cultura que equilibraba la guerra con el arte. En 2024, un códice hallado en Chalco narró la fundación de Tenochtitlán, un eco de su orgullo grabado en papel de amate.

    La Caída y el Eco
    El siglo XVI trajo el estruendo de 1519, y el aroma del hierro y la pólvora llenó el aire cuando Hernán Cortés llegó con sus barcos. El crujir de las velas al desplegarse resonó mientras Moctezuma Xocoyotzin lo recibió, confundido por profecías de Quetzalcóatl. El silbido de las traiciones marcó la Noche Triste en 1520, y el tintineo de las armas al chocar resonó en la caída de Tenochtitlán en 1521, bajo Cuauhtémoc. El eco de las ruinas al derrumbarse sepultó un imperio, pero no su espíritu.

    Los españoles impusieron su cruz, el crujir de las iglesias alzándose sobre los templos, pero las raíces mexicas sobrevivieron en la sangre mestiza y las tradiciones. El silbido de las lenguas náhuatl aún resuena en pueblos como Milpa Alta, un susurro de su resistencia. A 9 de abril de 2025, los mexicas son un torbellino vivo: en el Zócalo que cubre su capital, en los códices que narran su grandeza, y en el alma de un México que lleva su legado. No fue solo un imperio; fue un rugido de poder y fe, un eco que invita a mirar más allá del lago, al corazón de una civilización eterna.
    Los Mexicas: El Gran Imperio del Valle de México El sol se alzaba como un disco de oro sobre el Valle de México, bañando de luz las aguas del lago Texcoco y las chinampas que flotaban como retazos de tierra viva. Era el siglo XIV, y el viento silbaba entre los juncos, trayendo el aroma del copal y el murmullo de una ciudad en ascenso. El crujir de las sandalias resonaba en las calzadas de Tenochtitlán, mientras el eco de los tambores retumbaba desde el Templo Mayor, anunciando el poder de los mexicas. Este pueblo, conocido también como aztecas, transformó un pantano en el corazón de un imperio que dominó Mesoamérica, un torbellino de guerra, fe y genio que dejó su huella en la historia. Este relato te llevará al alma de los mexicas, un viaje donde su grandeza se alzó desde las raíces de un mito hasta las cenizas de la conquista. El Nacimiento de un Destino La niebla envolvía el lago al amanecer, y las sombras de las garzas planeaban sobre las aguas cuando los mexicas, guiados por Huitzilopochtli, llegaron al Valle en 1325. El aroma del lodo y las plumas húmedas impregnaba el aire mientras este pueblo chichimeca, tras salir de Aztlán, encontró su signo profetizado: un águila devorando una serpiente sobre un nopal. El crujir de las ramas al construir sus primeros altares marcaba el inicio de Tenochtitlán, una ciudad sobre pilotes en un islote pantanoso. El tintineo de las herramientas al cavar canales resonaba como un desafío a la naturaleza, un eco de su voluntad de forjar un hogar. Bajo Acamapichtli, su primer tlatoani, los mexicas pasaron de ser un pueblo errante a vasallos de Azcapotzalco. El silbido de las promesas de poder resonó en 1428, cuando Itzcoatl, con la Triple Alianza —Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan—, aplastó a los tepanecas. El crujir de las llamas al consumir la ciudad enemiga marcó el nacimiento del imperio, un susurro de su ascenso que pronto resonaría desde el Golfo hasta el Pacífico. El Imperio de Sangre y Gloria El sol ardía en lo alto del siglo XV, y las tierras temblaban con el rugido de las conquistas mexicas. El aroma del sudor y la pólvora aún estaba lejos, pero el crujir de las macanas al chocar resonaba en campañas contra los tlaxcaltecas, zapotecas y mixtecos. El silbido de las flechas cortaba el aire en las xochiyaoyotl, guerras floridas para capturar prisioneros, mientras el tintineo de los escudos al apilarse marcaba su dominio. Bajo Moctezuma Ilhuicamina y Ahuizotl, el imperio creció hasta abarcar 200,000 kilómetros cuadrados, el eco de sus tributos —plumas, jade, cacao— resonando en los mercados de Tlatelolco. Tenochtitlán, con sus 200,000 habitantes, era una maravilla: canales navegables, calzadas y el Templo Mayor, donde el crujir de los cuchillos de obsidiana abría pechos para Huitzilopochtli. El silbido de los sacerdotes al entonar himnos aseguraba el amanecer, un susurro de una fe que unía guerra y cosmos. En 2025, excavaciones bajo la Ciudad de México revelaron un tzompantli con miles de cráneos, un eco de su devoción sangrienta. La Vida en el Corazón del Imperio El crepúsculo teñía el lago de rojo, y el aroma del maíz y las flores llenaba las plazas mientras los mexicas prosperaban. El crujir de las chinampas al cosecharse resonaba en su agricultura flotante, un genio que alimentaba a miles. El silbido de las flautas en las fiestas del calendario tonalámatl —18 meses de 20 días— marcaba su vida, y el tintineo de las plumas al coserse en trajes de guerreros águila y jaguar resonaba como un símbolo de honor. Escuelas como la calmecac y la telpochcalli forjaban a nobles y plebeyos, el eco de sus lecciones resonando en un pueblo jerárquico pero unido. El comercio florecía en Tlatelolco, el crujir de las barcas al descargar cacao y turquesa llenando el aire. El silbido de los poetas, como Nezahualcóyotl de Texcoco, cantaba a la fugacidad de la vida, un susurro de una cultura que equilibraba la guerra con el arte. En 2024, un códice hallado en Chalco narró la fundación de Tenochtitlán, un eco de su orgullo grabado en papel de amate. La Caída y el Eco El siglo XVI trajo el estruendo de 1519, y el aroma del hierro y la pólvora llenó el aire cuando Hernán Cortés llegó con sus barcos. El crujir de las velas al desplegarse resonó mientras Moctezuma Xocoyotzin lo recibió, confundido por profecías de Quetzalcóatl. El silbido de las traiciones marcó la Noche Triste en 1520, y el tintineo de las armas al chocar resonó en la caída de Tenochtitlán en 1521, bajo Cuauhtémoc. El eco de las ruinas al derrumbarse sepultó un imperio, pero no su espíritu. Los españoles impusieron su cruz, el crujir de las iglesias alzándose sobre los templos, pero las raíces mexicas sobrevivieron en la sangre mestiza y las tradiciones. El silbido de las lenguas náhuatl aún resuena en pueblos como Milpa Alta, un susurro de su resistencia. A 9 de abril de 2025, los mexicas son un torbellino vivo: en el Zócalo que cubre su capital, en los códices que narran su grandeza, y en el alma de un México que lleva su legado. No fue solo un imperio; fue un rugido de poder y fe, un eco que invita a mirar más allá del lago, al corazón de una civilización eterna.
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  • ¿Qué hubiera pasado si los aztecas nunca hubieran sido conquistados? #Aztecas #HerenciaOlvidada #Mayas #México
    ¿Qué hubiera pasado si los aztecas nunca hubieran sido conquistados? #Aztecas #HerenciaOlvidada #Mayas #México
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  • El Juego de Pelota: Más que un Deporte, un Ritual Mortal

    El juego de pelota mesoamericano es uno de los mayores enigmas de las civilizaciones prehispánicas. A simple vista, parecía un deporte, pero en realidad tenía un profundo significado religioso, político y, en muchos casos, letal.

    Los mayas y aztecas practicaban este juego en enormes canchas de piedra, donde dos equipos se enfrentaban con el objetivo de hacer pasar una pesada pelota de hule a través de aros colocados en las paredes. Sin embargo, lo que hacía este juego tan aterrador no era solo su dificultad, sino las consecuencias para los jugadores.

    Los mitos mayas narran que el juego de pelota representaba la lucha entre las fuerzas de la luz y la oscuridad. Según el Popol Vuh, los dioses gemelos Hunahpú e Ixbalanqué descendieron al inframundo para enfrentarse en un juego de pelota contra los señores de Xibalbá. Ganar significaba el triunfo de la vida sobre la muerte, pero perder podía significar la ejecución.

    Los hallazgos arqueológicos han revelado que, en algunos casos, los capitanes o jugadores más destacados eran sacrificados después del partido. Lo más inquietante es que algunos investigadores creen que no siempre eran los perdedores quienes morían, sino los ganadores, ya que su sangre era considerada la más valiosa para los dioses.

    El significado del juego aún es debatido, pero las inscripciones y relieves en los templos de Chichén Itzá muestran escenas de jugadores decapitados, con serpientes emergiendo de sus cuellos, lo que refuerza la teoría de que el sacrificio era parte integral del ritual.
    El Juego de Pelota: Más que un Deporte, un Ritual Mortal ⚔️ El juego de pelota mesoamericano es uno de los mayores enigmas de las civilizaciones prehispánicas. A simple vista, parecía un deporte, pero en realidad tenía un profundo significado religioso, político y, en muchos casos, letal. Los mayas y aztecas practicaban este juego en enormes canchas de piedra, donde dos equipos se enfrentaban con el objetivo de hacer pasar una pesada pelota de hule a través de aros colocados en las paredes. Sin embargo, lo que hacía este juego tan aterrador no era solo su dificultad, sino las consecuencias para los jugadores. Los mitos mayas narran que el juego de pelota representaba la lucha entre las fuerzas de la luz y la oscuridad. Según el Popol Vuh, los dioses gemelos Hunahpú e Ixbalanqué descendieron al inframundo para enfrentarse en un juego de pelota contra los señores de Xibalbá. Ganar significaba el triunfo de la vida sobre la muerte, pero perder podía significar la ejecución. Los hallazgos arqueológicos han revelado que, en algunos casos, los capitanes o jugadores más destacados eran sacrificados después del partido. Lo más inquietante es que algunos investigadores creen que no siempre eran los perdedores quienes morían, sino los ganadores, ya que su sangre era considerada la más valiosa para los dioses. El significado del juego aún es debatido, pero las inscripciones y relieves en los templos de Chichén Itzá muestran escenas de jugadores decapitados, con serpientes emergiendo de sus cuellos, lo que refuerza la teoría de que el sacrificio era parte integral del ritual.
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  • Los Verdaderos "Aztecas": La Historia de los Mexica

    Todos conocemos a los Aztecas por ese nombre, pero la verdad es que ellos nunca se llamaron así. Este pueblo, que creó una de las civilizaciones más avanzadas de Mesoamérica, se identificaba como **Mexica**.

    El término "Azteca" fue adoptado por los occidentales basándose en las palabras en náhuatl *aztecatl* o *aztecah*, que significan "personas que vinieron de Aztlán". Según la tradición, Aztlán era un lugar mítico, la tierra ancestral de los Mexica, desde donde emigraron para fundar su gran civilización.

    Los Mexica llegaron al Valle de México alrededor del siglo XIII y, a pesar de enfrentar grandes desafíos, lograron establecerse y construir su ciudad más emblemática, **Tenochtitlán**, en una pequeña isla en el Lago de Texcoco. Con ingenio, valentía y una visión clara, los Mexica transformaron este humilde inicio en un imperio que dominaría gran parte de Mesoamérica.

    La vida de los Mexica estaba profundamente arraigada en la religión y las tradiciones culturales. Su dios principal era **Huitzilopochtli**, el dios del sol y de la guerra, a quien ofrecían sacrificios humanos como parte de su visión de mantener el equilibrio cósmico. Creían que estos sacrificios eran esenciales para que el sol siguiera su camino y para garantizar la prosperidad de su pueblo.

    A través de su habilidad política y militar, los Mexica crearon una red compleja de alianzas y tributos, construyendo el famoso imperio que conocemos como el Imperio Azteca. Sin embargo, este término, "Azteca", no les pertenece realmente; fue una invención posterior. Ellos siempre se vieron como **Mexica**, un pueblo fuerte y resiliente con raíces profundas en su pasado mítico y su fe religiosa.

    Esta fascinante historia de los Mexica nos invita a reflexionar sobre cómo la identidad y la cultura pueden ser reinterpretadas con el tiempo. Aunque el mundo los conoce como "Aztecas", su verdadero nombre, Mexica, sigue siendo un símbolo de orgullo y resistencia.
    Los Verdaderos "Aztecas": La Historia de los Mexica Todos conocemos a los Aztecas por ese nombre, pero la verdad es que ellos nunca se llamaron así. Este pueblo, que creó una de las civilizaciones más avanzadas de Mesoamérica, se identificaba como **Mexica**. El término "Azteca" fue adoptado por los occidentales basándose en las palabras en náhuatl *aztecatl* o *aztecah*, que significan "personas que vinieron de Aztlán". Según la tradición, Aztlán era un lugar mítico, la tierra ancestral de los Mexica, desde donde emigraron para fundar su gran civilización. Los Mexica llegaron al Valle de México alrededor del siglo XIII y, a pesar de enfrentar grandes desafíos, lograron establecerse y construir su ciudad más emblemática, **Tenochtitlán**, en una pequeña isla en el Lago de Texcoco. Con ingenio, valentía y una visión clara, los Mexica transformaron este humilde inicio en un imperio que dominaría gran parte de Mesoamérica. La vida de los Mexica estaba profundamente arraigada en la religión y las tradiciones culturales. Su dios principal era **Huitzilopochtli**, el dios del sol y de la guerra, a quien ofrecían sacrificios humanos como parte de su visión de mantener el equilibrio cósmico. Creían que estos sacrificios eran esenciales para que el sol siguiera su camino y para garantizar la prosperidad de su pueblo. A través de su habilidad política y militar, los Mexica crearon una red compleja de alianzas y tributos, construyendo el famoso imperio que conocemos como el Imperio Azteca. Sin embargo, este término, "Azteca", no les pertenece realmente; fue una invención posterior. Ellos siempre se vieron como **Mexica**, un pueblo fuerte y resiliente con raíces profundas en su pasado mítico y su fe religiosa. Esta fascinante historia de los Mexica nos invita a reflexionar sobre cómo la identidad y la cultura pueden ser reinterpretadas con el tiempo. Aunque el mundo los conoce como "Aztecas", su verdadero nombre, Mexica, sigue siendo un símbolo de orgullo y resistencia.
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  • MÉXICO NO SOLO ES MEXICA, LO FORMAN DIVERSAS CULTURAS PODEROSAS DE DIFERENTES ÉPOCAS

    Estas son las principales culturas que han existido:

    Periodo Preclásico (2500 a.C. - 200 d.C.)
    Olmecas: La "cultura madre" de Mesoamérica. Crearon las impresionantes cabezas colosales y dejaron su huella en Tabasco y Veracruz.
    Periodo Clásico (200 - 900 d.C.)
    Teotihuacanos: Construyeron Teotihuacán, con las majestuosas Pirámides del Sol y la Luna.
    Mayas: Expertos en astronomía, matemáticas y escritura jeroglífica. ¡Sus ciudades como Palenque y Tikal son joyas históricas!
    Zapotecas: En Monte Albán, dejaron uno de los primeros sistemas de escritura en Oaxaca.
    Periodo Posclásico (900 - 1521 d.C.)
    Toltecas: Los grandes escultores de los "atlantes" en Tula.
    Mexicas (Aztecas): Fundaron Tenochtitlán y dominaron el Valle de México con su imperio.
    Purépechas (Tarascos): Los rivales de los mexicas, con un poderoso estado en Michoacán.

    ¡México es historia, arte y grandeza!

    #mexicolindoyquerido #mexicomagico #mexicolindo #seguidoresdefacebook #curiosidadesdomundo #DescubrimientosImpactantes #seguidoresdestacados #viajandoporelmundo #descubrimientos #conocimientocientífico #imagenesnitidas #CuriosityChallenge #viralpost2025シ
    MÉXICO NO SOLO ES MEXICA, LO FORMAN DIVERSAS CULTURAS PODEROSAS DE DIFERENTES ÉPOCAS Estas son las principales culturas que han existido: 🌄 Periodo Preclásico (2500 a.C. - 200 d.C.) 🌴 Olmecas: La "cultura madre" de Mesoamérica. Crearon las impresionantes cabezas colosales y dejaron su huella en Tabasco y Veracruz. 🏛️ Periodo Clásico (200 - 900 d.C.) 🌞 Teotihuacanos: Construyeron Teotihuacán, con las majestuosas Pirámides del Sol y la Luna. 🌌 Mayas: Expertos en astronomía, matemáticas y escritura jeroglífica. ¡Sus ciudades como Palenque y Tikal son joyas históricas! 🌀 Zapotecas: En Monte Albán, dejaron uno de los primeros sistemas de escritura en Oaxaca. ⚔️ Periodo Posclásico (900 - 1521 d.C.) 🏹 Toltecas: Los grandes escultores de los "atlantes" en Tula. 🗡️ Mexicas (Aztecas): Fundaron Tenochtitlán y dominaron el Valle de México con su imperio. 🔥 Purépechas (Tarascos): Los rivales de los mexicas, con un poderoso estado en Michoacán. ¡México es historia, arte y grandeza! 🇲🇽 #mexicolindoyquerido #mexicomagico #mexicolindo #seguidoresdefacebook #curiosidadesdomundo #DescubrimientosImpactantes #seguidoresdestacados #viajandoporelmundo #descubrimientos #conocimientocientífico #imagenesnitidas #CuriosityChallenge #viralpost2025シ
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  • Los Verdaderos "Aztecas": La Historia de los Mexica

    Todos conocemos a los Aztecas por ese nombre, pero la verdad es que ellos nunca se llamaron así. Este pueblo, que creó una de las civilizaciones más avanzadas de Mesoamérica, se identificaba como **Mexica**.

    El término "Azteca" fue adoptado por los occidentales basándose en las palabras en náhuatl *aztecatl* o *aztecah*, que significan "personas que vinieron de Aztlán". Según la tradición, Aztlán era un lugar mítico, la tierra ancestral de los Mexica, desde donde emigraron para fundar su gran civilización.

    Los Mexica llegaron al Valle de México alrededor del siglo XIII y, a pesar de enfrentar grandes desafíos, lograron establecerse y construir su ciudad más emblemática, **Tenochtitlán**, en una pequeña isla en el Lago de Texcoco. Con ingenio, valentía y una visión clara, los Mexica transformaron este humilde inicio en un imperio que dominaría gran parte de Mesoamérica.

    La vida de los Mexica estaba profundamente arraigada en la religión y las tradiciones culturales. Su dios principal era **Huitzilopochtli**, el dios del sol y de la guerra, a quien ofrecían sacrificios humanos como parte de su visión de mantener el equilibrio cósmico. Creían que estos sacrificios eran esenciales para que el sol siguiera su camino y para garantizar la prosperidad de su pueblo.

    A través de su habilidad política y militar, los Mexica crearon una red compleja de alianzas y tributos, construyendo el famoso imperio que conocemos como el Imperio Azteca. Sin embargo, este término, "Azteca", no les pertenece realmente; fue una invención posterior. Ellos siempre se vieron como **Mexica**, un pueblo fuerte y resiliente con raíces profundas en su pasado mítico y su fe religiosa.

    Esta fascinante historia de los Mexica nos invita a reflexionar sobre cómo la identidad y la cultura pueden ser reinterpretadas con el tiempo. Aunque el mundo los conoce como "Aztecas", su verdadero nombre, Mexica, sigue siendo un símbolo de orgullo y resistencia.
    Los Verdaderos "Aztecas": La Historia de los Mexica Todos conocemos a los Aztecas por ese nombre, pero la verdad es que ellos nunca se llamaron así. Este pueblo, que creó una de las civilizaciones más avanzadas de Mesoamérica, se identificaba como **Mexica**. El término "Azteca" fue adoptado por los occidentales basándose en las palabras en náhuatl *aztecatl* o *aztecah*, que significan "personas que vinieron de Aztlán". Según la tradición, Aztlán era un lugar mítico, la tierra ancestral de los Mexica, desde donde emigraron para fundar su gran civilización. Los Mexica llegaron al Valle de México alrededor del siglo XIII y, a pesar de enfrentar grandes desafíos, lograron establecerse y construir su ciudad más emblemática, **Tenochtitlán**, en una pequeña isla en el Lago de Texcoco. Con ingenio, valentía y una visión clara, los Mexica transformaron este humilde inicio en un imperio que dominaría gran parte de Mesoamérica. La vida de los Mexica estaba profundamente arraigada en la religión y las tradiciones culturales. Su dios principal era **Huitzilopochtli**, el dios del sol y de la guerra, a quien ofrecían sacrificios humanos como parte de su visión de mantener el equilibrio cósmico. Creían que estos sacrificios eran esenciales para que el sol siguiera su camino y para garantizar la prosperidad de su pueblo. A través de su habilidad política y militar, los Mexica crearon una red compleja de alianzas y tributos, construyendo el famoso imperio que conocemos como el Imperio Azteca. Sin embargo, este término, "Azteca", no les pertenece realmente; fue una invención posterior. Ellos siempre se vieron como **Mexica**, un pueblo fuerte y resiliente con raíces profundas en su pasado mítico y su fe religiosa. Esta fascinante historia de los Mexica nos invita a reflexionar sobre cómo la identidad y la cultura pueden ser reinterpretadas con el tiempo. Aunque el mundo los conoce como "Aztecas", su verdadero nombre, Mexica, sigue siendo un símbolo de orgullo y resistencia.
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  • SABÍAS QUE??

    ¿Cuántas culturas prehispánicas hubo realmente en México?

    Contrario a la creencia popular de que México estuvo dominado únicamente por aztecas y mayas, en realidad existieron cientos de culturas prehispánicas. Se estima que hubo más de 60 grupos étnicos importantes con su propia lengua, tradiciones y sistemas políticos.

    Algunas de las más relevantes, además de los aztecas y mayas, fueron los zapotecas, mixtecas, totonacas, olmecas, toltecas, purépechas y huastecos, entre otras. Cada una dejó un impacto profundo en la cultura mexicana actual, desde arquitectura y gastronomía hasta cosmovisión.

    Esto muestra la increíble diversidad que existía antes de la llegada de los europeos.
    SABÍAS QUE?? ¿Cuántas culturas prehispánicas hubo realmente en México? Contrario a la creencia popular de que México estuvo dominado únicamente por aztecas y mayas, en realidad existieron cientos de culturas prehispánicas. Se estima que hubo más de 60 grupos étnicos importantes con su propia lengua, tradiciones y sistemas políticos. Algunas de las más relevantes, además de los aztecas y mayas, fueron los zapotecas, mixtecas, totonacas, olmecas, toltecas, purépechas y huastecos, entre otras. Cada una dejó un impacto profundo en la cultura mexicana actual, desde arquitectura y gastronomía hasta cosmovisión. Esto muestra la increíble diversidad que existía antes de la llegada de los europeos.
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