• ¡Una brillante idea para SALVAR nuestros bosques! Valentyn Frechka, un joven de 23 años de Ucrania, desarrolló una forma INCREÍBLE de hacer papel. ¿Cómo? Usando hojas de árbol caídas. ¡Así se crea papel SIN cortar árboles!

    Su startup, Releaf Paper, transforma el "desperdicio" del otoño en productos ecológicos valiosos. Usar hojas caídas en vez de pulpa de madera PRESERVA bosques, reduce emisiones y ofrece una alternativa SOSTENIBLE al papel tradicional. Es darle una segunda vida a la naturaleza.

    Este ingenioso enfoque muestra que la INNOVACIÓN no siempre necesita alta tecnología compleja. Una idea simple, usar un recurso ya existente y abundante (hojas caídas), puede tener un IMPACTO GLOBAL ENORME. Jóvenes como Valentyn nos inspiran a buscar soluciones creativas para un futuro más VERDE y consciente.

    #papel #reciclaje #ecologia #innovacion #sostenible
    ¡Una brillante idea para SALVAR nuestros bosques! ✨🌳 Valentyn Frechka, un joven de 23 años de Ucrania, desarrolló una forma INCREÍBLE de hacer papel. ¿Cómo? Usando hojas de árbol caídas. ¡Así se crea papel SIN cortar árboles! Su startup, Releaf Paper, transforma el "desperdicio" del otoño en productos ecológicos valiosos. ♻️🍂 Usar hojas caídas en vez de pulpa de madera PRESERVA bosques, reduce emisiones y ofrece una alternativa SOSTENIBLE al papel tradicional. Es darle una segunda vida a la naturaleza. Este ingenioso enfoque muestra que la INNOVACIÓN no siempre necesita alta tecnología compleja. 🧠🌍 Una idea simple, usar un recurso ya existente y abundante (hojas caídas), puede tener un IMPACTO GLOBAL ENORME. Jóvenes como Valentyn nos inspiran a buscar soluciones creativas para un futuro más VERDE y consciente. #papel #reciclaje #ecologia #innovacion #sostenible
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  • Los Mexicas: El Gran Imperio del Valle de México

    El sol se alzaba como un disco de oro sobre el Valle de México, bañando de luz las aguas del lago Texcoco y las chinampas que flotaban como retazos de tierra viva. Era el siglo XIV, y el viento silbaba entre los juncos, trayendo el aroma del copal y el murmullo de una ciudad en ascenso. El crujir de las sandalias resonaba en las calzadas de Tenochtitlán, mientras el eco de los tambores retumbaba desde el Templo Mayor, anunciando el poder de los mexicas. Este pueblo, conocido también como aztecas, transformó un pantano en el corazón de un imperio que dominó Mesoamérica, un torbellino de guerra, fe y genio que dejó su huella en la historia. Este relato te llevará al alma de los mexicas, un viaje donde su grandeza se alzó desde las raíces de un mito hasta las cenizas de la conquista.

    El Nacimiento de un Destino
    La niebla envolvía el lago al amanecer, y las sombras de las garzas planeaban sobre las aguas cuando los mexicas, guiados por Huitzilopochtli, llegaron al Valle en 1325. El aroma del lodo y las plumas húmedas impregnaba el aire mientras este pueblo chichimeca, tras salir de Aztlán, encontró su signo profetizado: un águila devorando una serpiente sobre un nopal. El crujir de las ramas al construir sus primeros altares marcaba el inicio de Tenochtitlán, una ciudad sobre pilotes en un islote pantanoso. El tintineo de las herramientas al cavar canales resonaba como un desafío a la naturaleza, un eco de su voluntad de forjar un hogar.

    Bajo Acamapichtli, su primer tlatoani, los mexicas pasaron de ser un pueblo errante a vasallos de Azcapotzalco. El silbido de las promesas de poder resonó en 1428, cuando Itzcoatl, con la Triple Alianza —Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan—, aplastó a los tepanecas. El crujir de las llamas al consumir la ciudad enemiga marcó el nacimiento del imperio, un susurro de su ascenso que pronto resonaría desde el Golfo hasta el Pacífico.

    El Imperio de Sangre y Gloria
    El sol ardía en lo alto del siglo XV, y las tierras temblaban con el rugido de las conquistas mexicas. El aroma del sudor y la pólvora aún estaba lejos, pero el crujir de las macanas al chocar resonaba en campañas contra los tlaxcaltecas, zapotecas y mixtecos. El silbido de las flechas cortaba el aire en las xochiyaoyotl, guerras floridas para capturar prisioneros, mientras el tintineo de los escudos al apilarse marcaba su dominio. Bajo Moctezuma Ilhuicamina y Ahuizotl, el imperio creció hasta abarcar 200,000 kilómetros cuadrados, el eco de sus tributos —plumas, jade, cacao— resonando en los mercados de Tlatelolco.

    Tenochtitlán, con sus 200,000 habitantes, era una maravilla: canales navegables, calzadas y el Templo Mayor, donde el crujir de los cuchillos de obsidiana abría pechos para Huitzilopochtli. El silbido de los sacerdotes al entonar himnos aseguraba el amanecer, un susurro de una fe que unía guerra y cosmos. En 2025, excavaciones bajo la Ciudad de México revelaron un tzompantli con miles de cráneos, un eco de su devoción sangrienta.

    La Vida en el Corazón del Imperio
    El crepúsculo teñía el lago de rojo, y el aroma del maíz y las flores llenaba las plazas mientras los mexicas prosperaban. El crujir de las chinampas al cosecharse resonaba en su agricultura flotante, un genio que alimentaba a miles. El silbido de las flautas en las fiestas del calendario tonalámatl —18 meses de 20 días— marcaba su vida, y el tintineo de las plumas al coserse en trajes de guerreros águila y jaguar resonaba como un símbolo de honor. Escuelas como la calmecac y la telpochcalli forjaban a nobles y plebeyos, el eco de sus lecciones resonando en un pueblo jerárquico pero unido.

    El comercio florecía en Tlatelolco, el crujir de las barcas al descargar cacao y turquesa llenando el aire. El silbido de los poetas, como Nezahualcóyotl de Texcoco, cantaba a la fugacidad de la vida, un susurro de una cultura que equilibraba la guerra con el arte. En 2024, un códice hallado en Chalco narró la fundación de Tenochtitlán, un eco de su orgullo grabado en papel de amate.

    La Caída y el Eco
    El siglo XVI trajo el estruendo de 1519, y el aroma del hierro y la pólvora llenó el aire cuando Hernán Cortés llegó con sus barcos. El crujir de las velas al desplegarse resonó mientras Moctezuma Xocoyotzin lo recibió, confundido por profecías de Quetzalcóatl. El silbido de las traiciones marcó la Noche Triste en 1520, y el tintineo de las armas al chocar resonó en la caída de Tenochtitlán en 1521, bajo Cuauhtémoc. El eco de las ruinas al derrumbarse sepultó un imperio, pero no su espíritu.

    Los españoles impusieron su cruz, el crujir de las iglesias alzándose sobre los templos, pero las raíces mexicas sobrevivieron en la sangre mestiza y las tradiciones. El silbido de las lenguas náhuatl aún resuena en pueblos como Milpa Alta, un susurro de su resistencia. A 9 de abril de 2025, los mexicas son un torbellino vivo: en el Zócalo que cubre su capital, en los códices que narran su grandeza, y en el alma de un México que lleva su legado. No fue solo un imperio; fue un rugido de poder y fe, un eco que invita a mirar más allá del lago, al corazón de una civilización eterna.
    Los Mexicas: El Gran Imperio del Valle de México El sol se alzaba como un disco de oro sobre el Valle de México, bañando de luz las aguas del lago Texcoco y las chinampas que flotaban como retazos de tierra viva. Era el siglo XIV, y el viento silbaba entre los juncos, trayendo el aroma del copal y el murmullo de una ciudad en ascenso. El crujir de las sandalias resonaba en las calzadas de Tenochtitlán, mientras el eco de los tambores retumbaba desde el Templo Mayor, anunciando el poder de los mexicas. Este pueblo, conocido también como aztecas, transformó un pantano en el corazón de un imperio que dominó Mesoamérica, un torbellino de guerra, fe y genio que dejó su huella en la historia. Este relato te llevará al alma de los mexicas, un viaje donde su grandeza se alzó desde las raíces de un mito hasta las cenizas de la conquista. El Nacimiento de un Destino La niebla envolvía el lago al amanecer, y las sombras de las garzas planeaban sobre las aguas cuando los mexicas, guiados por Huitzilopochtli, llegaron al Valle en 1325. El aroma del lodo y las plumas húmedas impregnaba el aire mientras este pueblo chichimeca, tras salir de Aztlán, encontró su signo profetizado: un águila devorando una serpiente sobre un nopal. El crujir de las ramas al construir sus primeros altares marcaba el inicio de Tenochtitlán, una ciudad sobre pilotes en un islote pantanoso. El tintineo de las herramientas al cavar canales resonaba como un desafío a la naturaleza, un eco de su voluntad de forjar un hogar. Bajo Acamapichtli, su primer tlatoani, los mexicas pasaron de ser un pueblo errante a vasallos de Azcapotzalco. El silbido de las promesas de poder resonó en 1428, cuando Itzcoatl, con la Triple Alianza —Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan—, aplastó a los tepanecas. El crujir de las llamas al consumir la ciudad enemiga marcó el nacimiento del imperio, un susurro de su ascenso que pronto resonaría desde el Golfo hasta el Pacífico. El Imperio de Sangre y Gloria El sol ardía en lo alto del siglo XV, y las tierras temblaban con el rugido de las conquistas mexicas. El aroma del sudor y la pólvora aún estaba lejos, pero el crujir de las macanas al chocar resonaba en campañas contra los tlaxcaltecas, zapotecas y mixtecos. El silbido de las flechas cortaba el aire en las xochiyaoyotl, guerras floridas para capturar prisioneros, mientras el tintineo de los escudos al apilarse marcaba su dominio. Bajo Moctezuma Ilhuicamina y Ahuizotl, el imperio creció hasta abarcar 200,000 kilómetros cuadrados, el eco de sus tributos —plumas, jade, cacao— resonando en los mercados de Tlatelolco. Tenochtitlán, con sus 200,000 habitantes, era una maravilla: canales navegables, calzadas y el Templo Mayor, donde el crujir de los cuchillos de obsidiana abría pechos para Huitzilopochtli. El silbido de los sacerdotes al entonar himnos aseguraba el amanecer, un susurro de una fe que unía guerra y cosmos. En 2025, excavaciones bajo la Ciudad de México revelaron un tzompantli con miles de cráneos, un eco de su devoción sangrienta. La Vida en el Corazón del Imperio El crepúsculo teñía el lago de rojo, y el aroma del maíz y las flores llenaba las plazas mientras los mexicas prosperaban. El crujir de las chinampas al cosecharse resonaba en su agricultura flotante, un genio que alimentaba a miles. El silbido de las flautas en las fiestas del calendario tonalámatl —18 meses de 20 días— marcaba su vida, y el tintineo de las plumas al coserse en trajes de guerreros águila y jaguar resonaba como un símbolo de honor. Escuelas como la calmecac y la telpochcalli forjaban a nobles y plebeyos, el eco de sus lecciones resonando en un pueblo jerárquico pero unido. El comercio florecía en Tlatelolco, el crujir de las barcas al descargar cacao y turquesa llenando el aire. El silbido de los poetas, como Nezahualcóyotl de Texcoco, cantaba a la fugacidad de la vida, un susurro de una cultura que equilibraba la guerra con el arte. En 2024, un códice hallado en Chalco narró la fundación de Tenochtitlán, un eco de su orgullo grabado en papel de amate. La Caída y el Eco El siglo XVI trajo el estruendo de 1519, y el aroma del hierro y la pólvora llenó el aire cuando Hernán Cortés llegó con sus barcos. El crujir de las velas al desplegarse resonó mientras Moctezuma Xocoyotzin lo recibió, confundido por profecías de Quetzalcóatl. El silbido de las traiciones marcó la Noche Triste en 1520, y el tintineo de las armas al chocar resonó en la caída de Tenochtitlán en 1521, bajo Cuauhtémoc. El eco de las ruinas al derrumbarse sepultó un imperio, pero no su espíritu. Los españoles impusieron su cruz, el crujir de las iglesias alzándose sobre los templos, pero las raíces mexicas sobrevivieron en la sangre mestiza y las tradiciones. El silbido de las lenguas náhuatl aún resuena en pueblos como Milpa Alta, un susurro de su resistencia. A 9 de abril de 2025, los mexicas son un torbellino vivo: en el Zócalo que cubre su capital, en los códices que narran su grandeza, y en el alma de un México que lleva su legado. No fue solo un imperio; fue un rugido de poder y fe, un eco que invita a mirar más allá del lago, al corazón de una civilización eterna.
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  • Este niño que ves aquí sería sin duda un prodigio y un hombre sumamente admirado y respetado por todo México y parte del extranjero. Estudió en el ‘Colegio Alemán Alexander von Humboldt’ de la Ciudad de México, donde aprendió alemán, inglés, francés, italiano, sueco y los principios básicos del náhuatl, pues Alberto Moreno, su nombre real, siempre se sintió orgulloso de ser mexicano.

    Al concluir sus estudios, Alberto ingresó al Heroico Colegio Militar graduándose como Teniente de Caballería y Administración del ejército mexicano, egresando con altas calificaciones.

    No obstante, siendo un joven sumamente culto y con el camino libre para hacer una carrera exitosa como militar, su pasión era en realidad la música y la ópera. Realizó algunos estudios militares adicionales en París y Roma, pero en Europa, donde la música clásica era sumamente popular, le hacían aferrarse a su sueño de algún día, convertirse en un gran cantante de ópera con fama internacional, y que su nombre, Alberto Moreno, fuera reconocido por su voz, pero el destino le negaría este sueño.

    Tomaba clases de canto con el famosísimo Maestro José Pierson quien le ayudaría a entrar a la radio debido a su gran talento. Para los 20 años de edad, y ya con una voz educada, canta por primera vez en la XETR interpretando varias arias de ópera, pero en México no le daban el reconocimiento que se merecía.

    Se fue a probar suerte al extranjero donde comenzó a generar cierto reconocimiento pero aún así, no despegaba. Seguramente habría recordado que otra opción para él era tomar en serio la posibilidad de aspirar a una carrera en medicina. Como última esperanza, hizo audiciones para el Metropolitan Opera House en EE.UU. luciendo su poderosa voz de tenor, pero al final no sería aceptado, ofreciéndole sólo un lugar como suplente, lo cual él por orgullo rechazó.

    Ya sin dinero, tuvo qué trabajar en oficios de toda índole hasta que un día, el productor de cine Gonzalo Varela lo conoció cantando y le invitó a participar en una cinta llamada “La madrina del diablo” y debido a la urgencia economía de Alberto, aceptó interpretando un papel que no era el género que a él le gustaba.

    “Yo soy un cantante de ópera y así seguiré”.

    Al concluir la cinta, y con algo de dinero, Alberto Moreno regresó a EE.UU. insistiendo en convertirse en cantante de ópera, hasta que un día, alguien le sugirió que mejor dedicara su voz a otro género, pues a Alberto le molestaba que cuando interpretaba boleros, el público enloquecía con él, lo cual no lograba con la ópera.

    Alberto vuelve a aceptar otro papel en el cine mexicano y aunque era un mexicano orgulloso de su patria, como músico culto le molestó al principio ponerse el traje de charro y cantar música ranchera, pero ¡vaya sorpresa! Resulta que la música mexicana sonaba muy distinta y superior con él debido a su técnica única, pues debido a que la ópera le había dado una sólida preparación vocal, su voz poderosa y educada sonaba majestuosamente bien interpretando cualquier canción ranchera, llevando dichas grabaciones a límites que ningún otro cantante popular lograba ni de lejos.

    Alberto Moreno cambió su nombre artístico, pues Alberto era el cantante de ópera, y ya que su nombre completo era Jorge Alberto Negrete Moreno, esta vez eligió su otro nombre y su otro apellido en su faceta como charro cantor, Jorge Negrete, y el resto fue historia.

    Como dato curioso, Ismael Rodríguez quien fue el único que logró dirigir a Negrete con Pedro Infante, comentaba que mientras Pedro Infante tenía una media voz que solo le permitía cantar al oído a la mujer, lo cual a Pedro le molestaba por tener en su opinión un “méndigo chisguetito de voz”, Jorge Negrete era lo contrario, pues con su poderosa voz podía sin problema cantar sin micrófono con toda una orquesta y que su voz llegara a escucharse claramente hasta el último piso del edificio más alto.

    Autor: Capitán Cruz
    Este niño que ves aquí sería sin duda un prodigio y un hombre sumamente admirado y respetado por todo México y parte del extranjero. Estudió en el ‘Colegio Alemán Alexander von Humboldt’ de la Ciudad de México, donde aprendió alemán, inglés, francés, italiano, sueco y los principios básicos del náhuatl, pues Alberto Moreno, su nombre real, siempre se sintió orgulloso de ser mexicano. Al concluir sus estudios, Alberto ingresó al Heroico Colegio Militar graduándose como Teniente de Caballería y Administración del ejército mexicano, egresando con altas calificaciones. No obstante, siendo un joven sumamente culto y con el camino libre para hacer una carrera exitosa como militar, su pasión era en realidad la música y la ópera. Realizó algunos estudios militares adicionales en París y Roma, pero en Europa, donde la música clásica era sumamente popular, le hacían aferrarse a su sueño de algún día, convertirse en un gran cantante de ópera con fama internacional, y que su nombre, Alberto Moreno, fuera reconocido por su voz, pero el destino le negaría este sueño. Tomaba clases de canto con el famosísimo Maestro José Pierson quien le ayudaría a entrar a la radio debido a su gran talento. Para los 20 años de edad, y ya con una voz educada, canta por primera vez en la XETR interpretando varias arias de ópera, pero en México no le daban el reconocimiento que se merecía. Se fue a probar suerte al extranjero donde comenzó a generar cierto reconocimiento pero aún así, no despegaba. Seguramente habría recordado que otra opción para él era tomar en serio la posibilidad de aspirar a una carrera en medicina. Como última esperanza, hizo audiciones para el Metropolitan Opera House en EE.UU. luciendo su poderosa voz de tenor, pero al final no sería aceptado, ofreciéndole sólo un lugar como suplente, lo cual él por orgullo rechazó. Ya sin dinero, tuvo qué trabajar en oficios de toda índole hasta que un día, el productor de cine Gonzalo Varela lo conoció cantando y le invitó a participar en una cinta llamada “La madrina del diablo” y debido a la urgencia economía de Alberto, aceptó interpretando un papel que no era el género que a él le gustaba. “Yo soy un cantante de ópera y así seguiré”. Al concluir la cinta, y con algo de dinero, Alberto Moreno regresó a EE.UU. insistiendo en convertirse en cantante de ópera, hasta que un día, alguien le sugirió que mejor dedicara su voz a otro género, pues a Alberto le molestaba que cuando interpretaba boleros, el público enloquecía con él, lo cual no lograba con la ópera. Alberto vuelve a aceptar otro papel en el cine mexicano y aunque era un mexicano orgulloso de su patria, como músico culto le molestó al principio ponerse el traje de charro y cantar música ranchera, pero ¡vaya sorpresa! Resulta que la música mexicana sonaba muy distinta y superior con él debido a su técnica única, pues debido a que la ópera le había dado una sólida preparación vocal, su voz poderosa y educada sonaba majestuosamente bien interpretando cualquier canción ranchera, llevando dichas grabaciones a límites que ningún otro cantante popular lograba ni de lejos. Alberto Moreno cambió su nombre artístico, pues Alberto era el cantante de ópera, y ya que su nombre completo era Jorge Alberto Negrete Moreno, esta vez eligió su otro nombre y su otro apellido en su faceta como charro cantor, Jorge Negrete, y el resto fue historia. Como dato curioso, Ismael Rodríguez quien fue el único que logró dirigir a Negrete con Pedro Infante, comentaba que mientras Pedro Infante tenía una media voz que solo le permitía cantar al oído a la mujer, lo cual a Pedro le molestaba por tener en su opinión un “méndigo chisguetito de voz”, Jorge Negrete era lo contrario, pues con su poderosa voz podía sin problema cantar sin micrófono con toda una orquesta y que su voz llegara a escucharse claramente hasta el último piso del edificio más alto. Autor: Capitán Cruz
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  • PECHUGA DE POLLO CON PIÑA

    Ingredientes:

    - 2 pechugas de pollo deshuesadas y sin piel
    - 1 taza de trozos de piña frescos
    - 1/4 de taza de salsa teriyaki o prepararla en casa
    - 1 cucharada de aceite de oliva
    - 1 pimiento rojo, cortado
    - 1 zanahoria, cortada finamente
    - 1 calabacín, en rodajas
    - 2 cebollas verdes picadas
    - Sal y pimienta al gusto
    - papel de aluminio para envolver

    Instrucciones:

    1. Precalienta tu horno a 400°F (200°C).
    2. Corta dos grandes piezas de papel de aluminio y ponlas planas en tu encimera.
    3. Coloque cada pechuga de pollo en el centro de los trozos de papel de aluminio, llovizna con aceite de oliva y sazonar con sal y pimi
    4. Top cada pechuga de pollo con trozos de piña, rebanadas de pimiento, zanahoria y rebanadas de calabacín.
    5. Vierte la salsa teriyaki uniformemente sobre el pollo y las verduras.
    6. Dobla los lados del papel de papel sobre el pollo y las verduras para crear un paquete sellado.
    7. Coloque los paquetes de aluminio en una hoja de hornear y hornear en el horno precalentado durante unos 25-30 minutos, o hasta que el pollo esté completamente cocido y alcance una temperatura interna de 165°F (75°C).
    8. Abre cuidadosamente los paquetes de papel de aluminio, siendo cauteloso con el vapor. Adorna con cebollas verdes picadas antes de servir.

    Notas:

    Siéntete libre de agregar tus vegetales favoritos a los paquetes de papel de aluminio para un extra sabor y nutrición.
    También puedes cocinar estos paquetes en una parrilla en lugar de en el horno para un delicioso sabor ahumado.
    Tiempo de preparación: 10 minutos | Tiempo de cocción: 30 minutos | Tiempo total: 40 minutos | Kcal: aproximadamente 350 porción | Porciones: 2 porciones

    #PolloconPiña #Deleites #Paladar #Comidas
    PECHUGA DE POLLO CON PIÑA 🍍 Ingredientes: - 2 pechugas de pollo deshuesadas y sin piel - 1 taza de trozos de piña frescos - 1/4 de taza de salsa teriyaki o prepararla en casa - 1 cucharada de aceite de oliva - 1 pimiento rojo, cortado - 1 zanahoria, cortada finamente - 1 calabacín, en rodajas - 2 cebollas verdes picadas - Sal y pimienta al gusto - papel de aluminio para envolver Instrucciones: 1. Precalienta tu horno a 400°F (200°C). 2. Corta dos grandes piezas de papel de aluminio y ponlas planas en tu encimera. 3. Coloque cada pechuga de pollo en el centro de los trozos de papel de aluminio, llovizna con aceite de oliva y sazonar con sal y pimi 4. Top cada pechuga de pollo con trozos de piña, rebanadas de pimiento, zanahoria y rebanadas de calabacín. 5. Vierte la salsa teriyaki uniformemente sobre el pollo y las verduras. 6. Dobla los lados del papel de papel sobre el pollo y las verduras para crear un paquete sellado. 7. Coloque los paquetes de aluminio en una hoja de hornear y hornear en el horno precalentado durante unos 25-30 minutos, o hasta que el pollo esté completamente cocido y alcance una temperatura interna de 165°F (75°C). 8. Abre cuidadosamente los paquetes de papel de aluminio, siendo cauteloso con el vapor. Adorna con cebollas verdes picadas antes de servir. Notas: Siéntete libre de agregar tus vegetales favoritos a los paquetes de papel de aluminio para un extra sabor y nutrición. También puedes cocinar estos paquetes en una parrilla en lugar de en el horno para un delicioso sabor ahumado. Tiempo de preparación: 10 minutos | Tiempo de cocción: 30 minutos | Tiempo total: 40 minutos | Kcal: aproximadamente 350 porción | Porciones: 2 porciones #PolloconPiña #Deleites #Paladar #Comidas
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  • Descubren una bacteria que podría ser clave para desarrollar tratamientos contra enfermedades intestinales.

    Como seres vivos, estamos expuestos a enfermedades. Se trata de un proceso biológico y natural del que no podemos escapar, ya que no siempre es posible estar en armonía con el entorno que nos rodea.

    Esta falta de adaptación al ambiente en el que nos encontramos puede ser una respuesta a la pregunta del por qué nos enfermamos, aunque hay varias posibles respuestas más.

    Sin embargo, a pesar de que ya existe un amplio catálogo de enfermedades a las que estamos expuestos, se han descubierto recientemente nuevas bacterias, las cuales pueden ser la clave para encontrar nuevos tratamientos contra enfermedades inflamatorias infecciosas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

    Científicos de la Clínica de Cleveland, en Estados Unidos, fueron quienes descubrieron a esta bacteria, a la cual identificaron como Tomasiella immunophila, la cual desempeña un papel clave en la ruptura de un componente inmunitario que es crucial de la polifacética barrera inmunitaria protectora del intestino.

    De acuerdo con los investigadores, haber encontrado esta bacteria es el primer paso para que se puedan desarrollar nuevos tratamientos contra diversas enfermedades inflamatorias e infecciosas que afectan al intestino.

    Algunas de estas infecciones, como lo son la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, han sido asociadas con una disminución de los niveles de inmunoglobulina A secretora (SIgA), el cual es un anticuerpo protector de las superficies mucosas del intestino.

    Este estudio ha sido publicado en la revista Science y fue dirigido por Thaddeus Stappenbeck, presidente del Departamento de Inflamación e Inmunidad de la Clínica Cleveland.

    Como seres vivos, estamos expuestos a enfermedades. Se trata de un proceso biológico y natural del que no podemos escapar, ya que no siempre es posible estar en armonía con el entorno que nos rodea.

    Esta falta de adaptación al ambiente en el que nos encontramos puede ser una respuesta a la pregunta del por qué nos enfermamos, aunque hay varias posibles respuestas más.

    Sin embargo, a pesar de que ya existe un amplio catálogo de enfermedades a las que estamos expuestos, se han descubierto recientemente nuevas bacterias, las cuales pueden ser la clave para encontrar nuevos tratamientos contra enfermedades inflamatorias infecciosas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

    «Identificar al culpable de la ruptura de la barrera inmunitaria adaptativa protectora del intestino es un paso importante hacia el desarrollo de terapias muy necesarias para afecciones como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa».

    Los investigadores descubrieron que la SIgA se une con frecuencia a los microbios, lo que les impide el paso hacia el tejido de los cuerpos y de esta manera, no se produce el daño.

    No obstante, en estudios anteriores, se descubrió que la presencia de Tomasiella immunophila en el intestino aumenta la susceptibilidad a los patógenos y retrasa la reparación de la barrera protectora de los intestinos.

    «Este descubrimiento es muy importante, ya que la SIgA en el intestino funciona como un componente crítico de la barrera para los billones de microbios que viven en nuestros intestinos», afirmó el Dr. Michael Silverman, médico de la División de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Niños de Filadelfia. «Este estudio ofrece una nueva vía para desarrollar terapias para manipular la SIgA en el intestino y mejorar la salud».

    «Sabemos que hay una cantidad considerable de pacientes que tienen este defecto y corren el riesgo de sufrir infecciones e inflamaciones en el intestino», afirmó el Dr. Qiuhe Lu.

    «Supusimos que el culpable era un microbio intestinal capaz de degradar la SIgA. Creemos que, gracias a nuestro trabajo, se pueden encontrar objetivos terapéuticos importantes para diversas enfermedades inflamatorias e infecciosas en humanos».




    Descubren una bacteria que podría ser clave para desarrollar tratamientos contra enfermedades intestinales. Como seres vivos, estamos expuestos a enfermedades. Se trata de un proceso biológico y natural del que no podemos escapar, ya que no siempre es posible estar en armonía con el entorno que nos rodea. Esta falta de adaptación al ambiente en el que nos encontramos puede ser una respuesta a la pregunta del por qué nos enfermamos, aunque hay varias posibles respuestas más. Sin embargo, a pesar de que ya existe un amplio catálogo de enfermedades a las que estamos expuestos, se han descubierto recientemente nuevas bacterias, las cuales pueden ser la clave para encontrar nuevos tratamientos contra enfermedades inflamatorias infecciosas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Científicos de la Clínica de Cleveland, en Estados Unidos, fueron quienes descubrieron a esta bacteria, a la cual identificaron como Tomasiella immunophila, la cual desempeña un papel clave en la ruptura de un componente inmunitario que es crucial de la polifacética barrera inmunitaria protectora del intestino. De acuerdo con los investigadores, haber encontrado esta bacteria es el primer paso para que se puedan desarrollar nuevos tratamientos contra diversas enfermedades inflamatorias e infecciosas que afectan al intestino. Algunas de estas infecciones, como lo son la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, han sido asociadas con una disminución de los niveles de inmunoglobulina A secretora (SIgA), el cual es un anticuerpo protector de las superficies mucosas del intestino. Este estudio ha sido publicado en la revista Science y fue dirigido por Thaddeus Stappenbeck, presidente del Departamento de Inflamación e Inmunidad de la Clínica Cleveland. Como seres vivos, estamos expuestos a enfermedades. Se trata de un proceso biológico y natural del que no podemos escapar, ya que no siempre es posible estar en armonía con el entorno que nos rodea. Esta falta de adaptación al ambiente en el que nos encontramos puede ser una respuesta a la pregunta del por qué nos enfermamos, aunque hay varias posibles respuestas más. Sin embargo, a pesar de que ya existe un amplio catálogo de enfermedades a las que estamos expuestos, se han descubierto recientemente nuevas bacterias, las cuales pueden ser la clave para encontrar nuevos tratamientos contra enfermedades inflamatorias infecciosas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. «Identificar al culpable de la ruptura de la barrera inmunitaria adaptativa protectora del intestino es un paso importante hacia el desarrollo de terapias muy necesarias para afecciones como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa». Los investigadores descubrieron que la SIgA se une con frecuencia a los microbios, lo que les impide el paso hacia el tejido de los cuerpos y de esta manera, no se produce el daño. No obstante, en estudios anteriores, se descubrió que la presencia de Tomasiella immunophila en el intestino aumenta la susceptibilidad a los patógenos y retrasa la reparación de la barrera protectora de los intestinos. «Este descubrimiento es muy importante, ya que la SIgA en el intestino funciona como un componente crítico de la barrera para los billones de microbios que viven en nuestros intestinos», afirmó el Dr. Michael Silverman, médico de la División de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Niños de Filadelfia. «Este estudio ofrece una nueva vía para desarrollar terapias para manipular la SIgA en el intestino y mejorar la salud». «Sabemos que hay una cantidad considerable de pacientes que tienen este defecto y corren el riesgo de sufrir infecciones e inflamaciones en el intestino», afirmó el Dr. Qiuhe Lu. «Supusimos que el culpable era un microbio intestinal capaz de degradar la SIgA. Creemos que, gracias a nuestro trabajo, se pueden encontrar objetivos terapéuticos importantes para diversas enfermedades inflamatorias e infecciosas en humanos».
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  • "El barco de Oseberg: un vistazo notable a las prácticas funerarias vikingas".

    Descubierto en 1904 en la granja Oseberg en Noruega, el barco Oseberg es un hallazgo arqueológico extraordinario que data de principios del siglo 800 d.C. Considerado uno de los barcos vikingos mejor conservados, este barco de roble mide 22 metros de largo y fue diseñado tanto para remar como para navegar, lo que demuestra la avanzada artesanía de la época vikinga.

    El barco sirvió como recipiente funerario y contenía una gran cantidad de ajuar funerario que incluía trineos, textiles, cofres y herramientas de madera intrincadamente tallada, que mostraban los logros artísticos y prácticos de la época. Aunque los saqueadores se habían llevado los metales preciosos, los artefactos restantes revelaron la importancia del entierro.

    Entre los restos se encontraban los esqueletos decapitados de 15 caballos, un buey y cuatro perros, que se cree que fueron sacrificios rituales que acompañaban al difunto. Lo más intrigante es que la tumba contenía los esqueletos parciales de dos mujeres. El análisis de ADN reveló que uno tenía unos 80 años y podría haber padecido el síndrome de Morgagni, lo que podría explicar sus rasgos más masculinos. La mujer más joven, de aproximadamente 40 años, tuvo un papel menos claro en el entierro.

    La mujer mayor ha sido vinculada, aunque de forma especulativa, con la reina Asa, una figura legendaria de las sagas nórdicas. Sin embargo, las verdaderas identidades de estas mujeres, su estatus y su conexión siguen siendo un tema de debate, lo que se suma al perdurable misterio del entierro de Oseberg.
    "El barco de Oseberg: un vistazo notable a las prácticas funerarias vikingas". Descubierto en 1904 en la granja Oseberg en Noruega, el barco Oseberg es un hallazgo arqueológico extraordinario que data de principios del siglo 800 d.C. Considerado uno de los barcos vikingos mejor conservados, este barco de roble mide 22 metros de largo y fue diseñado tanto para remar como para navegar, lo que demuestra la avanzada artesanía de la época vikinga. El barco sirvió como recipiente funerario y contenía una gran cantidad de ajuar funerario que incluía trineos, textiles, cofres y herramientas de madera intrincadamente tallada, que mostraban los logros artísticos y prácticos de la época. Aunque los saqueadores se habían llevado los metales preciosos, los artefactos restantes revelaron la importancia del entierro. Entre los restos se encontraban los esqueletos decapitados de 15 caballos, un buey y cuatro perros, que se cree que fueron sacrificios rituales que acompañaban al difunto. Lo más intrigante es que la tumba contenía los esqueletos parciales de dos mujeres. El análisis de ADN reveló que uno tenía unos 80 años y podría haber padecido el síndrome de Morgagni, lo que podría explicar sus rasgos más masculinos. La mujer más joven, de aproximadamente 40 años, tuvo un papel menos claro en el entierro. La mujer mayor ha sido vinculada, aunque de forma especulativa, con la reina Asa, una figura legendaria de las sagas nórdicas. Sin embargo, las verdaderas identidades de estas mujeres, su estatus y su conexión siguen siendo un tema de debate, lo que se suma al perdurable misterio del entierro de Oseberg.
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